La evolución de la economía social a lo largo del siglo XX ha llevado aparejada la ampliación de conceptos, modelos y estructuras empresariales. A las tradicionales cooperativas, mutualidades y otras fórmulas legales similares, se ha incorporado todo el denominado Tercer Sector (asociaciones, fundaciones, ONGs…), que caracterizado por la ausencia de ánimo de lucro, ha tenido un papel importantísimo en la prestación de bienes y servicios, no solo de tipo social, sino también ecológico, deportivo, de vivienda, sanitario, etc…
Con esta incorporación, el término clásico “Economía Social” (ES) se amplía a Economía Social y Solidaria (ESS), en la cual conviven las empresas tradicionales de economía social con otras fórmulas asociativas de organización de la actividad económica. Ya en el siglo XXI y en un contexto de aparente salida de la crisis económica iniciada en el año 2008, aparecen y se desarrollan nuevos fenómenos económicos y modelos de producción, organización e intercambio de bienes y servicios que de una forma más horizontal, comunitaria y autogestionada, apuntan a una evolución de la Economía tradicional, basada en el binomio Estado-Mercado, hacia una Economía Compartida o del Bien Común. Irrumpe, de esta forma, lo que se ha dado en denominar Economía Colaborativa o Compartida (Sharing Economy) un nuevo concepto que alberga en realidad, diferentes conceptos y modelos empresariales y de intercambio.
Así, la economía social y solidaria vuelve a ampliar su perímetro, incorporando estas nuevas formas de producción e intercambio, desarrolladas a menudo por el impulso de movimientos sociales y ciudadanos, emprendedores-as, iniciativas comunitarias y grupos de afinidad, cubriendo un espectro que va desde contextos de supervivencia hasta perfiles de alta innovación tecnológica. De esta manera, se incuban en su seno desde iniciativas de co-housing, mercados de trueque, bancos de tiempo, monedas y bonos.
Todas estas emergentes iniciativas económicas y modelos empresariales requieren de nuevas competencias, tanto para su desarrollo como para su gestión: métodos renovados de management, capacidades para producir funcionalidad y no cantidad, bienes y servicios centrados en el uso y no en la propiedad, en las necesidades de las personas y no en un crecimiento insostenible, innovación y resiliencia permanentes, los Cuidados como base de la atención al cliente y para la gestión de los recursos humanos de las empresas. En este contexto, el Proyecto INICIA nace con el objetivo de adaptar los programas formativos de las universidades a esta nueva realidad empresarial y económica, incorporando nuevos contenidos para formar y entrenar estudiantes capaces de desarrollar y gerenciar este nuevo tipo de empresas e iniciativas económicas.
El Proyecto INICIA, que comenzó el 15 de Enero de 2019, es desarrollado por 18 universidades y socios latinoamericanos y europeos, entre los que se encuentra Dinamia. Sus principales fases de trabajo son:
- Diseño de los nuevos contenidos curriculares (900 horas docentes) articulados en 5 módulos formativos
- Formación del profesorado que impartirá el nuevo curso de especialización
- Primera edición del Curso de Especialización para 420 estudiantes de 14 universidades latinoamericanas
- Evaluación, difusión y transferibilidad del proyecto
Como parte del proyecto, Dinamia participa en la elaboración de los nuevos contenidos curriculares, apoya el enfoque de género del proyecto y es la entidad responsable del paquete de calidad.